Estudiar enfermería
actualmente en la universidad pública madrileña es casi imposible para la
juventud de extracción obrera y popular. En primer lugar, los jóvenes tenemos
que enfrentarnos a esa prueba de acceso discriminatoria llamada PAU. Para acceder
a los grados sanitarios la nota mínima no baja de 10 puntos sobre 14.
No es casualidad que
precisamente en estas carreras la extracción mayoritaria del estudiantado sea
de la mediana y pequeña burguesía, así como de capas de la aristocracia obrera.
Tampoco es casualidad que la mitad de estudiantes provengan de institutos de
enseñanzas medias privados o concertados. Y es que la dificultad tanto a la
hora de acceder, los recortes en becas y el precio abusivo de las tasas
universitarias que a continuación veremos ,provoca la expulsión de la juventud
de extracción obrera y popular de los estudios superiores como la universidad.
Realizando unas
sencillas operaciones de cálculo y teniendo en cuenta la subida de tasas que
sufrimos los estudiantes en Madrid, un grado de enfermería puede llegar a
costar más de 8.000€ únicamente teniendo en cuenta la matriculación. A esta
cantidad abismal hay que sumarle los costes de transporte y material, hace un
año veíamos como con un nuevo golpe a la educación pública desaparecían las
becas de transporte. Otro de los costes a afrontar son desde 60€ del traje
necesario y obligatorio para realizar las prácticas de enfermería, hasta un ordenador
u otro dispositivo que durante el desarrollo del grado te va a ser necesario.
Ante esta situación se
comprende que estos grados sean de los más elitistas, además si tenemos en
cuenta la posibilidad de suspender alguna de las asignaturas este presupuesto
se dispara al duplicarse el precio por segunda matrícula, y aumentar de forma
exponencial con terceras matrículas.
Otro de los puntos
interesantes a estudiar son las prácticas clínicas. Enfermería siempre se ha
caracterizado por tener en sus planes de estudios un parte teórica importante y
una práctica clínica no menos despreciable. En planes de estudios anteriores se
compaginaba desde el principio estas dos vertientes de aprendizaje, pero desde
la entrada del plan Bolonia y la adaptación de las diplomaturas a grados, se ha
añadido un año más de estudio y por lo tanto de tasas universitarias.
Como viene siendo
habitual estas prácticas son vendidas al estudiantado como un periodo de
aprendizaje y de conexión con la práctica clínica diaria a la que nos
afrontaremos en un futuro, si tenemos 'suerte' y conseguimos un puesto de
trabajo. Analizando detenidamente lo que verdaderamente es este periodo de
prácticas podemos ver como las prácticas son no remuneradas, y no solo eso,
sino que están incorporadas al plan de estudios como una asignatura más. Esto
provoca que no solo no se cobre por desarrollar un trabajo sino que los
estudiantes pagan por trabajar. Teniendo en cuenta el coste del crédito en la
UAM en el grado de enfermería está a 33€, por un periodo de 14 semanas de
prácticas los estudiantes están pagando unos 800€ por trabajar.
También es destacable
como con el ataque que supuso el Plan Bolonia y hacer Enfermería grado, se nos
exige al estudiantado que presentemos un título acreditado en el que se
certifique la titulación de nivel B1 en inglés. Esto supone un nuevo revés ya
que ese nivel es el que se debería obtener en bachillerato, y aun habiendo aprobado
la PAU, se no exige este nivel de inglés una vez más. Esto provoca que gran
parte de los estudiantes tengan que recurrir con toda probabilidad a academias
privadas. Mientras tanto la universidad hace oídos sordos ante la petición del
estudiantado de una asignatura dentro del plan de estudios que proporcione
estos conocimientos que después se nos exigen para obtener la titulación de
graduado.
Por todo ello, la Juventud
Comunista en la UAM denunciamos el golpeo sistemático al que somete la
burguesía a la universidad pública, y constatamos como la juventud de
extracción obrera está siendo expulsada de los estudios universitarios viéndose
obligada cursar estudios con niveles formativos más bajos o directamente
empujada a vender de forma precaria su fuerza de trabajo. Ante esta situación
se hace necesaria la organización desde la base de todo el estudiantado con
unos objetivos comunes. Es necesaria la construcción de un nuevo sindicato
estudiantil estatal que luche a la ofensiva. Es necesario que en cada centro de
estudios se levante un fortaleza contra el capital y golpee como un solo puño
contra el sistema.
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