Desde múltiples organizaciones y diversos
sectores políticos se reivindica la voluntad de derrocar a la monarquía e
instaurar una república. La mayoría de las veces se hace apelando al recuerdo
de la II República y tomando su impulso democrático como ejemplo; sin embargo, nadie
nos aclara qué tipo de república sería la que hoy pretenden implantar. Para
afrontar esta respuesta debemos reflexionar acerca del contexto que vivimos en
nuestros días.
La crisis capitalista actual evidencia
que estamos condenados a la precariedad en todos los ámbitos de nuestra vida,
dado que los capitalistas se esfuerzan, y se seguirán esforzando, por incrementar
su beneficio a nuestra costa, ya sea aumentando el nivel de explotación sobre
los trabajadores o recortando el presupuesto en educación e introduciendo empresas
privadas en la Universidad Autónoma. La monarquía, en todo esto, es la institución en la
que se articuló el proceso de la Transición, ante la necesidad del capitalismo
español de reestructurar su poder para afrontar una nueva época, pero no es la
crisis de la Corona la raíz de nuestra situación hoy día, sino muestra de la
crisis estructural del sistema económico, que a su vez ha supuesto la crisis
política e institucional del orden establecido en la Transición.
Muchos estudiantes se
preguntarán, ¿qué tiene que ver el debate república- monarquía con la educación
pública? La educación, dentro del capitalismo, es una educación de clase,
cumple un determinado papel reproduciendo la ideología dominante en la sociedad,
es decir, la ideología burguesa. La monarquía es hoy la forma de dominación que
tiene el capital en España, es decir, el poder de los monopolios y el capital
financiero.
Frente a esto, la reivindicación
de la República de carácter socialista supone romper con el paradigma
capitalista del Estado español. Supone asegurar la Educación Pública, el
control de los centros por parte de los estudiantes y trabajadores, la
supresión de tasas, el aumento de universidades públicas, etc. En conclusión, una
educación gratuita y de calidad, al servicio de la clase obrera y de sus hijos
e hijas.
Debemos confrontar con aquellas
posturas que sitúen a la monarquía como responsable principal de la situación
actual, pues la salida de esta crisis no es cuestión de reformas democráticas
ni de instituciones anticuadas, sino una cuestión estructural; del conjunto del
orden socioeconómico. La única capaz de generar un cambio real es la clase
obrera organizada, con el objetivo de superar el sistema en su totalidad.
Por ello, este 14 de abril los estudiantes debemos
tener clara esta pregunta ¿queremos una república que, aun cubriéndose con la
bandera democrática, perpetúe la explotación del pueblo trabajador, o queremos
una república socialista, una república controlada por y para la clase obrera?
Quienes somos hijos e hijas de la clase trabajadora lo sabemos: solo hay salida
en la República Socialista.
¡Por la República Socialista!
¡Por la Educación gratuita y de calidad!
Imagen central de la Juventud Comunista para este 14 de abril |
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